Los visitantes bolivianos no quedaron sorprendidos por la magnitud del comercio informal en el barrio Meiggs, a pocas cuadras del Palacio de La Moneda, en la capital de Chile, Santiago.

Es como una versión enana de La Ramada, en Santa Cruz, o la Uyustus, en La Paz, pero con pocos vendedores ambulantes en las calles. Los organizadores del Encuentro de Cámaras de Comercio Sudamericanas, la Cámara Nacional de Comercio de Chile y el Observatorio del Comercio Ilícito y Seguridad, demostraron la magnitud del comercio ilícito en el país vecino, llevando a los participantes a la barriada santiaguina, dominada por comerciantes chinos, centroamericanos y peruanos, que están lacerando una de las economías más sólidas -pero tambaleante- de Latinoamérica.

Ese fue el preámbulo de lo que fue el Seminario “Generando Alianzas Frente al Comercio Ilícito”, que convocó a los representantes de las cámaras de industria y comercio de Argentina, Bolivia, Chile y Perú, que se realizó en su segunda versión -la primera en Santa Cruz- que busca tomar acciones frente al comercio ilícito y el contrabando, que abarca desde el comercio informal hasta organizaciones criminales trasnacionales que intercambian productos con drogas y hasta personas.

Aunque no se presentaron datos sobre la afectación del comercio ilícito sobre la sociedad y la economía regional, la directora Nacional de Aduanas de Chile, Alejandra Arriaza, mencionó que, según estadísticas de la Organización Mundial de Aduanas, en Latinoamérica se mueve el 80% del contrabando mundial y en su país, en las aduanas se determinan cerca del 32% de los ingresos tributarios.

Arriaza reflejó la cruda realidad que vive Chile, siempre caracterizado por sus estrictos controles en materia de seguridad, pero en los últimos años se ha convertido en uno de los principales destinos del comercio ilícito. Según la autoridad, el 97% de la carga que ingresa al país lo hace por sus puertos marítimos y el año pasado se incautó cuatro millones de unidades de mercancía ilegal.

Llama la atención el creciente volumen de sustancias controladas: en 2023 se incautó 7,4 toneladas, un 17% más que en 2022. A pesar de ello, Arriaza destacó las nuevas inversiones que realiza el Gobierno chileno en materia tecnológica para los controles, y la alianza con el sector privado en el intercambio de información, para optimizar la fiscalización.

La ministra del Interior y Seguridad Pública de Chile, Carolina Tohá, resaltó que existe una relación entre la pobreza, el comercio ilícito y el aumento en los índices de criminalidad. “Cuando un lugar no tiene desarrollo económico, cuando el Estado no está o llega tarde, la vulnerabilidad de esas comunidades para ser capturadas por los grupos criminales, es mucho mayor”, expresó.

En ese sentido, sostuvo que el comercio ilegal es el último eslabón de una cadera mucho más profunda, donde hay actividades de mayor envergadura que una persona que está vendiendo en una esquina. “Lamentablemente en nuestra región, esto tiende a ser un problema endémico. La política en Latinoamérica tiene ciclos de inestabilidad bastante graves cada cierto tiempo, donde la capacidad de construir acuerdos y hacerlos durar en el tiempo es frágil, y eso es incompatible con un esfuerzo serio de enfrentar estos temas”, aseveró Tohá.

Bolivia, en el centro

Por su condición geográfica y por sus laxos controles sobre el comercio ilegal, Bolivia es el terreno ideal para el surgimiento de mafias organizadas en torno al contrabando y el narcotráfico. El 9 de enero, cinco militares de un comando de lucha contra el contrabando fueron asesinados en la frontera con Argentina.

El presidente de la Cámara Nacional de Industrias de Bolivia, Pablo Camacho, desde Santiago condenó el hecho junto a sus pares que asistieron al seminario y lamentó que el contrabando en Bolivia se lleva el 8% del Producto Interno Bruto (PIB), unos $us 3.300 millones anuales.

“Pero lo que nos preocupa es la consolidación y la internacionalización del crimen organizado. En Bolivia, el comercio ilícito ya se ha normalizado. Si hoy no alertamos a nuestras autoridades, si no trabajamos de manera conjunta por una lucha contra el contrabando y el crimen organizado, pues vamos a perder la batalla”, consideró.

Al mismo tiempo se refirió a las zonas francas chilenas que venden grandes volúmenes de mercadería de línea blanca, línea negra o vehículos a comerciantes o exportadores informales. “Esos productos seguramente salen con documentación, pero terminan en nuestro país (...). Estamos dos años peleando para que el contrabando sea un delito penal, porque hoy, a partir de medio millón de dólares recién se lo penaliza por omisión tributaria, ni siquiera por valor de mercadería”, añadió Camacho, al lamentar que los organismos del Estado que ejercen el control fronterizo, no cuentan con los recursos necesarios para ejercer su trabajo.

Eduardo Herrera, director de Asuntos Jurídicos del Observatorio Boliviano de Contrabando y Comercio Ilícito de Cainco, consideró que el comercio ilícito se está incrementando en Bolivia. Según un estudio del observatorio, el contrabando afecta a la economía del país con $us 1.400 millones aproximadamente en 17 categorías de productos. “No importa qué tanto esfuerzo haga nuestra aduana, que es muy encomiable, el problema persiste y se vuelve cada vez más agresivo y más complicado (...). Es un crimen organizado que financia y que opera en relación con otras ramas del delito. Detrás del contrabando está el narcotráfico, la trata de blancas, el lavado de activos, que tienen una relación totalmente discrecional con el resto de la criminalidad”, sostuvo.

Apuntó que no existe interoperabilidad entre las autoridades para encarar una lucha efectiva contra el contrabando. “No solo se necesita un diálogo privado-público, sino dentro del mismo sector público, donde los municipios coordinen con Aduana, ésta con la Policía, la Policía con las fuerzas militares y se tomen acciones en conjunto. Algo que se puede hacer y no es difícil, simplemente se requiere voluntad política”, dijo.

Al concluir el encuentro en Santiago, los delegados de las distintas cámaras de comercio suscribieron un compromiso orientado a combatir el fenómeno del comercio ilícito, con especial énfasis en el contrabando perpetrado por grupos de crimen organizado. El propósito del acuerdo es impulsar la competencia justa en el ámbito del comercio internacional, fomentar las actividades comerciales legítimas y brindar fuentes de empleo formales y seguras para miles de personas.

El aporte empresarial para el combate al contrabando

El presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Chile (CNC), José Pakomio, ponderó la “inédita iniciativa” que comenzó en Bolivia, en junio de 2023, que busca generar una instancia de colaboración internacional entre las distintas cámaras de comercio de Sudamérica, para hacer frente al flagelo del comercio ilícito.

Uno de los puntos altos del encuentro, fue la presentación del Observatorio del Comercio Ilícito y de Seguridad de la CNC, que todos los asistentes destacaron como una herramienta para apoyar la labor gubernamental contra el contrabando y sus actividades relacionadas.

“El observatorio nos ha transformado en un actor muy relevante en el combate al comercio ilegal y el resguardo de la seguridad pública, por medio de acciones proactivas y propositivas. Esperamos que esta instancia permita tender nuevos puentes que nos lleven a continuar trabajando mancomunadamente, para que, juntos, cosechemos los frutos de este encuentro y entreguemos una clara señal al crimen organizado: no podrán ganar esta batalla”, dijo Pakomio.

En el evento también se presentó la Primera Encuesta de Comercio Ilícito y Contrabando de Chile. Uno de los principales resultados demostró que el 65% de los encuestados asocian el comercio ambulante a delitos y actividades ilegales, y un tercio menciona el impacto negativo en espacios públicos, relacionado con el desorden y la suciedad.

Ausencias

Las únicas autoridades estatales que asistieron al evento fueron la ministra del Interior de Chile y la directora de Aduanas de ese país. Se conoció que se invitó a la presidente de la Aduana de Bolivia, Karina Serrudo, pero no respondió.

Cigarrillos

Uno de los productos más contrabandeados en Chile es el cigarrillo, que ingresa por Bolivia desde Paraguay. Un personero de British American Tobacco, dijo que el producto evade $us 800 millones al año en Chile.