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Después de la Semana Santa, perseverar en la oración

“Necesitamos vivir una Semana Santa con más conciencia, con más silencio, con más recogimiento, para mirar cómo se vivió la entrega total de Dios a los hombres, para contemplar el plan que t...

“Necesitamos vivir una Semana Santa con más conciencia, con más silencio, con más recogimiento, para mirar cómo se vivió la entrega total de Dios a los hombres, para contemplar el plan que tiene Dios para la humanidad”. Esta es la invitación de la misionera carismática Isabel Margarita Rojas Leiva, desde Chile, “y que esta contemplación nos ayude a vivir un año santo de oración”, propone. Dice la hermana que para lograr ese propósito lo primero que vamos a hacer es contemplar, leer y meditar la Palabra de Dios en los diferentes actos litúrgicos de la Iglesia del Triduo Pascual, que empieza mañana jueves. “Callar, contemplar, Dios que está en nosotros, nos habla. Sólo necesitamos hacer silencio, exterior e interior para escuchar”.

Mirar a Jesús y a María

Contemplemos las virtudes de Jesús, su valentía y también su miedo. En el Huerto de Getsemaní, cuando dice “Padre, si es posible aparta de mí este cáliz”. Jesús siente el dolor del pecado de la humanidad. Al mirar estos momentos vividos por Jesús podemos descubrir nuestro pecado y el de toda la humanidad. En medio del temor por lo que vivirá y así todo el sufrimiento que le provoca, Jesús dice a sus apóstoles: “Acompáñenme a orar” y esa es una invitación también para nosotros, continúa la misionera. Necesitamos unirnos a la Iglesia y descubrir lo que Dios nos pide que hagamos. Por ejemplo, el Jueves Santo con el lavatorio de los pies, Jesús dice: “Yo les he dado el ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo” o “Ámense los unos a los otros como yo los he amado”, nos invita a servir y a amar a los que están a nuestro lado.

El Viernes Santo con la Adoración de la Cruz

 Contemplamos a Jesús en ese madero que es nuestra salvación. Jesús quiso morir en la agonía de la cruz. Este hecho nos puede ayudar a valorar el sufrimiento, que nos salva y que es redentor. No hay pena que Dios deje en el vacío, todo pesar tiene importancia para Dios, explica la misionera Isabel.

El Sábado Santo, día de María

Contemplamos su dolor, su valentía, su silencio y su perseverancia. Ella es testigo de la entrega de Jesús en la Cruz. Recibe el cuerpo inerte para poder lavar, limpiar y adorar. Le entregan muerto a aquel que vio nacer, que acompañó en vida. Y unida al Plan del Padre y a la entrega de su Hijo Amado, vuelve a decir “Hágase en mí según lo que has dicho”.

Para vivir el año con oraciones

Así Isabel Margarita nos anima con su orientación. Hay que descubrir la importancia de la obediencia al plan que tiene Dios Padre para salvarnos. “Debemos valorar la simpleza para vivir la vida que a veces es tan complicada; a vivir con humildad y sencillez las vicisitudes de la vida; a perseverar en la oración iluminada con la Palabra de Dios. Acudir con frecuencia a los Sacramentos, en especial a la Penitencia y a la Eucaristía, porque ahí descubrimos y nos unimos a un Dios vivo, que se quedó para que pudiéramos comulgar, comer, alimentarnos y mantener este Misterio de Salvación por todos los siglos”.

 Miremos a Pedro, a Simón el Cirineo y a Verónica

En la negación de Pedro, Jesús lo mira y Pedro llora amargamente, reconociendo su pecado y la misericordia de Dios que es mucho más grande que el pecado del hombre. Cuando la persona descubre este misterio, encuentra su Salvación.

Simón el Cirineo, viene del campo y al acercarse a mirar lo que pasa, lo obligan a llevar la Cruz de Jesús y recibe la mirada de Jesús. Nosotros los católicos estamos llamados a compartir y a aliviar penas y cargas de Nuestro Señor, estamos llamados a llevar el dolor del otro, no ser un martirio para otros, sino, ayudar a llevar su padecimiento.

Verónica, la mujer que venció la barrera de los soldados, para lanzarse al suelo en el momento que Jesús cayó y le limpia el rostro. Es un ejemplo que nos inspira a sacar pañuelo para enjugar las lágrimas de pesar de aquel que camina a nuestro lado.

 ¡Estar atentas!

Para ver qué le pasa a los que viven con nosotros, preguntarnos si somos capaces de sacar un pañuelo para limpiar el rostro al que sufre y darle un poco de amor y de esperanza.

Su mensaje a las lectoras

Isabel Margarita Rojas invita a las lectoras de Para Ellas a que vivan una Semana Santa entregadas a la oración y a la contemplación, en un tiempo de amor y de paz. No es un fin de semana largo para ir de vacaciones, recuerda, sino es momento para quedarse en casa y meditar en cómo vivimos, guardar silencio y contemplar al Señor. Lo que vivamos en este tiempo, sea nuestra motivación para perseverar en la oración el resto del año.

Fuente: https://eldeber.com.bo/sociales/despues-de-la-semana-santa-perseverar-en-la-oracion_361233

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